May the peace and blessing of our Lord Jesus Christ be with you as we begin our 3rd Week of Lent with the celebration of the Eucharistic Feast. You will not see me again this weekend as I will be away helping to present a Worldwide Marriage Encounter weekend in Danville.
We are One, Holy, Catholic and Apostolic Church. These four pillars of our faith are a constant reminder of the need to share the good news of Jesus Christ with all the world. Like the Pillars of our faith remind us how we are united in belief the Pillars of the Diocesan Pastoral Plan are intertwined and united in a very important way. As we listen and read about the intricacies of the plan we understand how one part/pillar/objective will never fully succeed without the other parts growing along with whatever area is being discussed or acted upon in the moment.
Seeing the big picture of our faith, our belief is Jesus Christ calls us to look more closely at our life and how we are called to prayer, fast and give alms or sacrifice daily in our lives. Which brings us to the Little Black Book.
Today we are reminded of how we “Pray the Mass” and especially at the offertory. Much like how the pillars are connected, as we come forward we are all connected in offering to God the gifts/sorrows and the prayers of our life. Since the end of the pandemic, we have asked all families to bring forward their gifts at the offertory/preparation of the gifts. The young and the old, man and woman, rich and poor all join together in this procession of grace.
As we hear in our reflection today: “It’s not hard to ‘pray’ the Preparation of the Gifts. We simply think of our struggle to deal with everything going on in our lives, and hear the Lord say, ‘Bring me what you’ve got.’ Then we place it all on the altar.”
Lastly, the offertory is not complete without a word of thanks to all who have already contributed to the Annual Diocesan Appeal. I pray we all join together in this gift of blessing. Donate and pledge today.
God bless,
Fr. Mark
Que la paz y la bendición de nuestro Señor Jesucristo estén con ustedes al iniciar nuestra Tercera Semana de Cuaresma con la celebración de nuestro Banquete Eucarístico. Por cierto, no me volverán a ver este fin de semana, ya que estaré ausente ayudando a presentar un fin de semana del Encuentro Matrimonial Mundial en Danville.
Somos Iglesia: Una, Santa, católica y Apostólica. Estos cuatro pilares de nuestra fe son un recordatorio constante de la necesidad de compartir las buenas nuevas de Jesucristo con todo el mundo. Así como los Pilares de nuestra fe nos recuerdan cómo estamos unidos en lo que creemos, los pilares del Plan Pastoral Diocesano están entrelazados y unidos de una manera muy importante. A medida que escuchamos y leemos sobre las complejidades del plan, entendemos cómo una parte/pilar/objetivo nunca tendrá éxito sin que las otras partes crezcan junto con cualquier área que se esté discutiendo o sobre la que se esté actuando en el momento.
Viendo el panorama general de nuestra fe, lo que creemos es que Jesucristo nos llama a mirar más de cerca nuestra vida, así como la manera en que estamos llamados a orar, ayunar y dar limosna o sacrificio diariamente en nuestras vidas. Lo que nos muestra el Librito Negro.
Hoy se nos recuerda cómo “oramos la Misa” y especialmente en el ofertorio. Al igual que los pilares están conectados, a medida que avanzamos, todos estamos conectados para ofrecerle a Dios los regalos/dolores y las oraciones de nuestra vida. Desde el final de la pandemia, hemos pedido a todas las familias que presenten sus ofrendas en el ofertorio/preparación de las ofrendas. Jóvenes y ancianos, hombres y mujeres, ricos y pobres, todos se unen en esta procesión de gracia.
Como escuchamos en nuestra reflexión de hoy: “No es difícil ‘orar’ la Preparación de los Dones. Simplemente pensamos en nuestra lucha para lidiar con todo lo que sucede en nuestras vidas y escuchamos al Señor decir: ‘tráeme lo que tienes’. Luego lo colocamos todo en el altar".
Por último, el ofertorio no está completo sin unas palabras de agradecimiento a todos los que ya han contribuido a la Campaña Diocesana Anual. Ruego que todos nos unamos en este regalo de bendición. Done y comprométase hoy.
¡Dios los bendiga!
Padre Mark