Happy and holy Solemnity of the Most Holy Trinity! One of the most natural acts we do as a Catholic Family is to begin our prayers; “In the Name of the Father and of the Son and of the Holy Spirit.”
We are out of the Easter Season and back into Ordinary Time even though we are still in liturgical white for one more week. This slow transition helps us to move gently into the long weeks of Ordinary Time. Ordinary Time (basically translated into “numbered time”) doesn’t mean that the Church stops celebrating, rather it opens a door to continue reflection on the Paschal Mystery and allow the blessing of Easter and Christmas to seep deeply into our bones of our faith.
One of the things you will notice right away is we, as a parish, will begin praying the Anima Cristi prayer after communion during the Mass. This beautiful prayer written in the 14th century by Pope John XXII (perhaps) and made popular by the founder of the Jesuits, St. Ignatius of Loyola is a powerful meditation on the power of the Eucharist to transform our lives into the image of our Lord Jesus Christ. As we continue to live the Eucharistic Revival this in a continued sign of our growing unity as the people of God.
Second, we will also beginning our “3 Minutes of Catechesis” on our Easter Book. We will be reminded of our call to unity and how in Becoming Eucharistic People we are called to be witnesses to the faith: in living the faith of our Catholic Church and in sharing the love of Jesus Christ with the world.
Lastly, we will continue to seek your help in growing as a parish community. I will begin meeting with anyone who may be interested in becoming a member of our working parish councils where will be seeking the practical and prophetic ways of sharing the Gospel message and reaching out to those who are away from the Church or have never heard the good news of Jesus Christ.
One of my favorite quotes of all time from Pope St. Paul VI, “Modern man listens more willingly to witnesses than to teachers, and if he does listen to teachers, it is because they are witnesses.” (Evangelii nuntiandi, December 8, 1975)
And we end as we began; In the Name of the Father, and of the Son and of the Holy Spirit, Amen.
God bless,
Fr. Mark
¡Feliz y santa Solemnidad de la Santísima Trinidad! Uno de los actos más naturales que hacemos como Familia Católica es comenzar nuestras oraciones; “En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”.
Estamos fuera del Tiempo de Pascua y de vuelta al Tiempo Ordinario, aunque todavía usaremos el color blanco litúrgico por una semana más. Esta lenta transición nos ayuda a movernos suavemente hacia las largas semanas del Tiempo Ordinario. El Tiempo Ordinario (traducido básicamente como “tiempo numerado”) no significa que la Iglesia deje de celebrar, sino que abre una puerta para continuar la reflexión sobre el Misterio Pascual y permitir que la bendición de la Pascua y la Navidad penetren profundamente en los huesos de nuestra fe.
Una de las cosas que notará de inmediato es que nosotros, como parroquia, comenzaremos a rezar la oración: Alma de Cristo después de la comunión durante la Misa. Esta hermosa oración escrita en el siglo XIV por el Papa Juan XXII (quizás) y popularizada por el fundador de los jesuitas, San Ignacio de Loyola, es una poderosa meditación sobre el poder de la Eucaristía para transformar nuestras vidas a la imagen de nuestro Señor Jesucristo. Esto es una señal continua de nuestra creciente unidad como pueblo de Dios, a medida que seguimos viviendo el resurgimiento Eucarístico.
En segundo lugar, también comenzaremos nuestros “3 Minutos de Catequesis” en nuestro Libro de Pascua. Se nos recordará nuestro llamado a la unidad y cómo, al convertirnos en Pueblo Eucarístico, somos llamados a ser testigos de la fe al vivir la fe de nuestra Iglesia Católica al compartir el amor de Jesucristo con el mundo.
Por último, continuaremos buscando su ayuda para crecer como comunidad parroquial. Comenzaré a reunirme con cualquier persona que pueda estar interesada en convertirse en miembro de nuestros consejos parroquiales de trabajo, donde buscaré formas prácticas y proféticas de compartir el mensaje del Evangelio y llegar a aquellos que están lejos de la Iglesia o que nunca han escuchado las buenas noticias de Jesucristo.
Una de mis citas favoritas de todos los tiempos del Papa San Paulo VI, “El hombre moderno escucha con más gusto a los testigos que a los maestros, y si escucha a los maestros es porque son testigos”. (Evangelii nuntiandi, 8 de diciembre de 1975)
Y terminamos como empezamos; En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
¡Dios los bendiga!
Padre Mark