Happy and holy 3rd Sunday in Lent. I wish to offer congratulations and joy to each of you who has helped us reach our Diocesan goal for the Annual Diocesan Appeal. Thank you…every dollar pledged and donated, over the Diocesan goal, will now be used to replace and update our church sound system and projectors….Thank you for your continued support.
In our little black book this past Tuesday we have the familiar story of falling asleep. Many of us have dozed off during a movie, when reading, or just sitting with our thoughts in a comfortable chair. But in the Gospel we experience the falling asleep at a very important moment.
We can become sleepy in our Lenten journey as our fervor and attentiveness to God’s invitation may lessen and even disappear.
One of the reasons we fast, pray and give alms during Lent is to strengthen both our spiritual life and our body against the sleepy moments in our lives. We can be asleep to seeing the poor, the suffering of a neighbor and the sorrow of the family. We can become asleep to sins within our own life as well as the life of the community.
A challenge you may take up over the next few weeks is to read a Chapter from Matthew’s gospel each night with your family.
God bless,
Fr. Mark
¡Feliz y santo III Domingo de Cuaresma! Quiero felicitar y agradecer a cada uno de ustedes que nos han ayudado a alcanzar nuestra meta diocesana para la Campaña Diocesana Anual. ¡Gracias! Cada dólar prometido y donado, por encima de la meta diocesana, ahora se usará para reemplazar y actualizar el sistema de sonido y los proyectores de nuestra iglesia... ¡Gracias por su continuo apoyo!
En nuestro librito negro del martes pasado tenemos el relato familiar de cuando los apóstoles se quedaron dormidos. Muchos de nosotros nos hemos quedado dormidos viendo una película, leyendo o simplemente sentados con nuestros pensamientos en una silla cómoda. Pero en el Evangelio experimentamos el adormecerse en un momento muy importante.
Podemos volvernos somnolientos en nuestro camino de Cuaresma ya que nuestro fervor y atención a la invitación de Dios puede disminuir e incluso desaparecer.
Una de las razones por las que ayunamos, rezamos y damos limosna durante la Cuaresma es para fortalecer nuestra vida espiritual y nuestro cuerpo contra los momentos de sueño en nuestras vidas. Podemos estar dormidos al ver a los pobres, el sufrimiento de un vecino y el dolor de la familia. Podemos dormirnos a los pecados dentro de nuestra propia vida, así como la vida de la comunidad.
Un desafío que podemos asumir en las próximas semanas, es leer cada uno con su familia, un capítulo del evangelio de Mateo.
¡Dios los bendiga!
Padre Mark