Happy and joyful 20th Sunday in Ordinary time. Many of our families have begun the “school routine” again and our Parish school will begin this week. We send our prayers of joy and blessing on all our families, the staff and faculty of the schools who serve them during this year of discovering the truth of God’s wisdom and knowledge in the coming year. Amen.
This weekend we will being our journey of “learning to pray” with three minute catechesis and throughout the years workshops, retreats, healing services and other activities where we will explore more fully the themes of: How do we pray? Why do we pray? What do we pray for? and many other questions we have in engaging in our faith and moving forward as individuals, families and the greater Church. This is a very exciting moment as we will begin with a review of the Diocesan Pastoral Plan’s pillar on “Prayer” and then move into the nuts and bolts of learning to pray.
“Wisdom has built her house, she has set up her seven columns;….Forsake foolishness that you may live; advance in the way of understanding.” (Proverbs 9:1-6) Our first reading this Sunday reminds us of building the foundation of life and family upon the wisdom of truth. It is a reminder to us of our call to listen to and work with those around us in discovering God’s will and blessing in our lives. As we move forward as a parish community, choosing the way of the cross, the cross of Jesus Christ is not always easy. Finding the right path isn’t following the fads or momentary choices of the day but rather looking deeply into the past and present to see the future of blessing, joy and grace.
This is why the teaching of prayer, the learning of prayer and the growth in our individual and corporate prayer life is one of the most important works we do as Catholics in our lives. We come to the Eucharist, the altar of our Lord, to be transformed, renewed and strengthened in our journey with Jesus. Therefore, let us pray. And finally, thank you to everyone who helped with and celebrated last week’s 65th Anniversary of the our parish. It was a true and wonderful blessing of joy and love.
God bless, Fr. Mark
Feliz y gozoso Domingo XX del Tiempo Ordinario. Muchas de nuestras familias han comenzado de nuevo la “rutina escolar” y nuestra escuela parroquial comenzará esta semana. Enviamos nuestras oraciones de alegría y bendición a todas nuestras familias, al personal y a los profesores de las escuelas que les sirven durante este año de descubrimiento de la verdad de la sabiduría y el conocimiento de Dios en el año que viene. Amén.
Este fin de semana comenzaremos nuestra jornada para “aprender a orar” con la catequesis de tres minutos y, a lo largo del año: talleres, retiros, servicios de sanación y otras actividades en las que exploraremos más a fondo los temas de: ¿Cómo oramos? ¿Por qué oramos? ¿Para qué oramos? y muchas otras preguntas que tenemos al participar en nuestra fe y, avanzar tanto individualmente como en familias y la Iglesia en general. Este es un momento muy emocionante ya que comenzaremos con una revisión del pilar del Plan Pastoral Diocesano sobre la “Oración” y luego pasaremos a los aspectos prácticos de aprender a orar.
“La sabiduría se ha edificado una casa, ha tallado sus siete columnas. […] Dejen su ignorancia y vivirán; avancen por el camino de la prudencia.” (Proverbios 9:1-6) Nuestra primera lectura de este domingo nos recuerda que debemos construir los cimientos de la vida y la familia sobre la sabiduría de la verdad. Es un recordatorio de nuestro llamado a escuchar y trabajar con quienes nos rodean para descubrir la voluntad y la bendición de Dios en nuestras vidas. A medida que avanzamos como comunidad parroquial, eligiendo el camino de la cruz, la cruz de Jesucristo no siempre es fácil. Encontrar el camino correcto no es seguir las modas o las elecciones momentáneas del día, sino más bien mirar profundamente el pasado y el presente para ver el futuro de bendición, alegría y gracia.
Es por eso, por lo que la enseñanza de la oración, el aprendizaje de la oración y el crecimiento en nuestra vida de oración individual y corporativa es una de las obras más importantes que hacemos como católicos en nuestras vidas. Venimos a la Eucaristía, el altar de nuestro Señor, para ser transformados, renovados y fortalecidos en nuestro camino con Jesús. Por lo tanto, oremos.
Y finalmente, gracias a todos los que ayudaron y celebraron el 65º aniversario de nuestra parroquia la semana pasada. Fue una verdadera y maravillosa bendición de alegría y amor.